lunes, 18 de julio de 2011

YES, WE CANallades



Hola a todos, soy Mati. 


Clara me ha dejado un huequito en su blog... [¡Pequeñito, Mati, que te enrollas!]...¡Sí, Clara, sí, pequeñito! (Se hace mayor la pobre... y se pone pesada) 
Pues eso, que quería hoy hablaros de mi otra mamá, la que no lleva gafas, la que me dibuja cada vez más guapa en todas mi Mateaventuras. Sí de Raquel, Raquel Garcia Ulldemolins.


Firmando el comienzo de Mati.


Raquel no sólo dibuja como ya conocéis los que me seguís, sino que además escribe. Ya os hablé un día de su libro en otra entrada, e incluso Sal y Ven hicieron un 'vídeo promocional', estaban tan contentos por aparecer por primera vez en un libro...




Pues ese libro, Canallades, nació en un blog  que ahora se presenta a los Premios Blogs de Cataluña 2011 (Premis Blocs Catalunya 2011) en la categoría de Miscellània i Personals (Miscelánea/Personales). 
Si no tenéis aún el libro, podéis pasar por el blog y descubrir las historias desternillantes y reales como la vida misma que Raquel nos trae de mano de esos locos bajitos y canallas. 




Yo, como hija suya, de Raquel, os pido el voto para ella, y, como hija de Clara, os explico el algoritmo, para que sea más fácil:


1. Entra en http://www.stic.cat/

2. Regístrate como usuario o usa tu usuario de Facebook o de Twitter, que es más rápido 


Hay que ir a la columna de la derecha, en Acceso, y registrarse. Te enviarán un correo a tu dirección de mail con un link. Haz clic sobre el link y ya está verificado tu registro. Te redirigirá de nuevo a la página de los premios.
3. Haz clic en Votació. Aparecerán las categorías.
4. Selecciona la categoría "Personales / Miscelánea".



5. Aparecen los bloques ordenados por orden alfabético.  Ve bajando hasta Canallades y haz clic en el botoncito redondo de arriba izquierda.

6. Vuelve a lo alto de la lista alfabética y haz clic en "Votar".
Muchas gracias, de verdad.


Las tres 'culpables' de Mati: Mamen, Raquel y Clara (de izquierda a derecha)


Bueno, os dejo que estamos preparando la siguiente Mateaventura para este sábado.
¡Gracias por tu voto!



miércoles, 13 de julio de 2011

Para que no se olvide

Mi hijo pequeño se llama Ventura

Muchas veces, cuando lo llevo a alguna revisión médica, esperan ver entrar a una niña, por el nombre. En su colegio, muchos compañeros le llaman 'Aventura' y a él le hace mucha gracia, básicamente es un tío tan feliz que le hace gracia casi todo. 

Cuando aún estaba creciendo dentro de mí, un compañero de trabajo me dijo «Ligará un montón, porque muchas chicas le preguntarán por qué se llama así». Yo me reí. «No sé si ligará» contesté «espero que sea un tío feliz y buena persona».
 
Mi santo acaba de publicar una entrada con una versión resumida de la historia del abuelo Ventura, por el que mi hijo lleva ese nombre.  Un gran hombre, me encantaría que, además del nombre, mi hijo heredara la calidad humana de su bisabuelo.

Hace unos días, mi hijo mayor, el gafotas como le llamamos nosotros y a él le encanta, y que lleva el nombre de mi padre, obsesionado como está con el asunto de la guerra civil española, le preguntó a su abuelo Alberto, hijo de Ventura. 

«--Abuelo, ¿tú podías jugar cuando era la guerra?»

Mi suegro, son paciencia infinita y voz pausada (pero con un tono un pelín alto por su sordera) empezó a contarle cosas de la guerra civil. El gafotas no pestañeaba, sólo movía la barbilla en los puntos que le emocionaban, Ventura jugaba con sus cartas Pokemon, aún no está muy interesado en el tema, la verdad.



Alberto y su hermana

«--Cuando íbamos al colegio, llevábamos colgado del cuello un palito de madera con una cuerda.

--¿Para qué, abuelo?

--Por si había un bombardeo. Nos tirábamos al suelo y mordíamos el palito con todas nuestras fuerzas para que no nos reventaran los tímpanos.»


También le contó que intentaron huir a Francia desde Barcelona, para escapar de las tropas de Franco. Iban en un coche y una bomba destrozó el puente que estaba delante de ellos y que deberían cruzar.

«--Nos bajamos del coche y seguimos andando hasta Francia, cruzando los Pirineos.

--¿Tenías mucho miedo, abuelo?

--No recuerdo, pero supongo que sí.»

Al llegar a Francia los metieron en un campo de concentración, pero de eso no se acuerda mucho, era muy pequeño. 

Lo que más emocionó al gafotas y a la madre del mismo, aunque ya conocía la historia, fueron los recuerdos del abuelo Alberto asociados a su padre en la cárcel. 

El bisabuelo Ventura (su padre) estuvo preso en el Penal de El Dueso (unos 11 años, condenado a muerte, por cierto).  El abuelo Alberto fue a visitarlo con 14 años. Cruzó España desde Cartaya (Huelva) hasta allí en los trenes de aquella época. Un niño solo que cruzaba el país en plena posguerra a visitar a su padre, preso político. Salvador y su barbilla temblaban de emoción, pero el abuelo de vez en cuando, le dice alguna tontería para cambiar el tercio. Pero no, el gafotas quiere saber más de la historia de su familia.

«--En aquella época había que ir al servicio militar obligatorio. Pero había una cosa que se llamaba excedente de cupo, si te tocaba, te librabas del servicio, sólo tenías que hacer el periodo de instrucción, que duraba 3 meses. Una tarde, en Cartaya, yo iba a buscar a tu abuela para dar un paseo de novios por la plaza. Como en aquellos tiempos todo el mundo oía la misma emisora de radio y las ventanas estaban todas abiertas, yo podía escuchar la retransmisión completa por la calle, de ventana en ventana. Anunciaron los números 'agraciados' con el excedente de cupo y cuando llegué a la casa de mi novia, tu abuela, le dije: "Aurora, me he librado de la mili" Tu abuela ni se lo creía. 



Pero tuve que ir a hacer la instrucción. Nos convocaron en Huelva a todos los quintos, para llevarnos al Cerro Muriano. En ese momento, me entregaron un telegrama, que es como un mensaje de móvil pero en un papel, donde me anunciaban que mi padre había salido de la cárcel. Fui a hablar con los mandos para pedir permiso para ir a ver a mi padre, un preso político que acababa de salir de El Dueso. "Ya no quedan presos políticos en EL Dueso, hijo" Yo le dije que mi padre, Ventura Márquez Sicilia, acababa de salir de allí. Me dijeron que no podían darme permiso, que tenía que pedirlo cuando llegara al Cerro Muriano. En cuanto llegúe al centro de reclutamiento del Cerro, volví a buscar a los mandos "¿Tú eres el hijo del preso político de El Dueso?" Y yo le dije, "Sí, mi capitán" "Vete a ver a tu padre, tienes 3 días" 
Al salir por las puertas del cuartel, mi padre llegaba en ese momento en un coche con su cuñada.

--¿Qué le dijste, abuelo? 

--Imagínate...» 

Al abuelo Alberto le brillan los ojos.

«--Bueno, vamos a merendar algo, ¿no? ¿No tienes hambre, Salvador?»

Mis suegros y mis hijos


El gafotas está emocionado, pero merienda con ganas. Ventura sigue ajeno a la historia de su tocayo, pero feliz. 


A veces, me entra la duda de si es muy pequeño para oír estas historias. La mayoría de las veces, estoy convencida de que es necesario, para que no se repita, para que no se olvide...


 

sábado, 9 de julio de 2011

Dame 4 colores y pintaré el mundo



Pues sí, esta semana, Mati nos ha contado en su columna del Pequeño Libro de Notas el Teorema de los 4 colores y nos ha retado a algunos juegos inspirados en el citado teorema.


Como la confianza da asco, Mati me pidió que contara yo en mi blog el problema del coloreado de mapas y que, si sabía otros juegos, que los presentara aquí. Y no, no pude negarme, me gustan mucho sus pequitas, aparte de que se valió de Sal y Ven para terminar de convencerme.


Me puse antes que nada a hacer una búsqueda en la red de juegos inspirados en el teorema de los 4 colores y buscando, buscando, llegué al blog de Sangakoo, a los que conozco por su encomiable labor en enseñar matemáticas a los que no se les dan tan bien, y descubrí, con alegría, no sólo un juego, sino que encontré la historia del Teorema de los 4 colores, muy, muy bien explicada. Y me dije ¿por qué volver a hacer lo que ya está hecho tan bien? Así, que os dejo



En esa misma entrada, no sólo se habla de la historia, sino también se propone un juego, el juego de los cinco colores.

Aparte de ese juego y de los propuestos por Mati aquí os dejo alguno más. 

En éste se trata de colorear con el menor número posible cada nivel, pero siempre con menos de 4 colores, claro. Podéis elegir el color, de los 4 que aparecen sobre el dibujo a colorear. Ojo, que aunque los primeros niveles son muy fáciles, se van volviendo cada vez más intrincados e interesantes.

En esta otra página tenéis más cositas, es dónde Mati encontró el juego de la tela de araña.

Este otro no tiene nada que ver con el teorema, pero es muy entretenido. Eso sí, basándote en los colores, puedes diseñar una estrategia ganadora para uno de los dos jugadores.


Por último, si alguien se rindió con el coloreado con 4 colores de la broma de Gardner...




...es decir, no fue capaz de dibujar la figura superior con sólo 4 colores, en esta página, por ejemplo, tiene la solución. Pero sería terrible tener que mirarla, ¿no? Venga que es verano, la imprimes y te la llevas de excursión. De paso, compartes el reto con los amigos. 




Eso sí, los 4 colores sólo para los mapas, las personas tenemos cada uno nuestro color ;)





domingo, 3 de julio de 2011

Math Working (Matemáticos por el mundo)


¿Quién se pregunta alguna vez para qué sirve el Quijote? ¿Para qué es necesario Harry Potter? ¿Cuándo van a usar un poema de Lorca?

¿Qué cambiaría si sólo nos enseñasen gramática y ortografía? Si nadie nos hubiese leído un cuento, recitado un poema. Si nunca hubiésemos leído una novela, un apasionante libro de viajes, una interesante biografía...

¿Cuántas campañas institucionales se han diseñado para inculcar o reforzar el hábito de leer? ¿Cuánto se nos ha informado y aconsejado a las familias para que leamos e invitemos a leer a nuestros hijos? ¿Cuántos eventos alrededor de los libros se celebran?

A lo mejor no los suficientes, está claro.

Pero ahora, repítamos esas mismas preguntas que encabezan esta entrada cambiando la lectura por el conocimiento y entendimiento de  las ciencias, en general, y por las matemáticas en particular.

No trato de comparar, porque sería absurdo, creo, la literatura con la ciencia; ni mucho menos, propiciar el debate, tan manido como innecesario, de letras contra ciencias. No. Soy matemática, eso sí es cierto, pero encuentro un placer irremplazable en embeberme en una novela, un libro de viaje o una buena biografía.

Se trata simplemente de una pequeña reflexión sobre la necesidad de inculcar en la población la necesidad de conocer unos mínimos sobre matemáticas y hacerlo, como se hace con la gramática, “recitando” la belleza de las formas geométricas, declinando un desafío a la lógica, dramatizando lo intrincado de un puzzle, deslizándonos por una escalera de Escher sin saber si sube o si baja...

Ya se ha acuñado y usado el término anumerismo, para designar a este mal que cada vez se hace más evidente, toda vez que Google nos desaloja espacio en el disco duro cerebral para recordar cosas como la lista de los reyes godos, los afluentes del Misisipi o la capital del Reino de  Lesoto.

Evidentemente estoy a favor de atesorar una cultura general que abarque temas como la literatura, geografía, historia, filosofía...Es necesaria, entiendo, para nuestro crecimiento como personas, nos enriquece y nos ayuda a entender y ser tolerantes con el comportamiento de otras culturas y/o civilizaciones, o incluso con la nuestra en otros siglos pasados. 


Pero no estaría de mal tampoco entender la naturaleza que nos rodea, la que llevamos dentro, la tecnología que empapa nuestras vidas, los intereses que nos cobra el banco y el ahorro real de una oferta en el supermercado.

Me atrevería a decir que nos afecta tanto a nuestro 'modus vivendi' las tradiciones culturales o el clima como el acceso a la información y las nuevas tecnologías, por ejemplo.

¿A qué se debe entonces, por ejemplo, el anumerismo? ¿A qué sólo nos enseñaron en el colegio aritmética? No lo sé, pero no es una opción desdeñable, desde mi punto de vista.

Afortunadamente, en la actualidad hay un movimiento, o al menos así lo percibimos algunos, que intenta dar tratamiento, en la medida de sus posibilidades, a este “mal”. Profesionales o no de la divulgación científica que intentan inculcar la belleza del conocimiento científico en general, y el matemático en particular. No estaría mal tampoco una campaña por parte de alguna administración pública con lemas como, no sé, “Resuelve un sudoku con tu hijo” ¿no?

Hoy quiero hablar, un poco, sobre el trabajo que, dentro de este movimiento, desarrolla George Hart, hasta hace muy poco profesor en la Universidad de Stony Brook  y en la actualidad, director de contenidos del MOMath que, aunque ya tiene una actividad frenética de columnascharlas y eventos, no abrirá sus puertas al público hasta el otoño de 2012.

Conocí a George Hart en un almuerzo con un colega común en Stony Brook en Abril de 2008. Casi no probó bocado. Traía los bolsillos de su pantalón y el de su camisa, repleto de puzzles diseñados y fabricados por él. Casi no comimos ninguno, todos queríamos desmontar y montar aquellos cubos formados de 3, 4 o 6 piezas indistinguibles entre sí. Nos invitó a su despacho y fue una experiencia inolvidable.







Recuerdo que pensé que aquella oficina pequeña y oscura, había sido uno de los museos que más había disfrutado jamás.  No sabía que aún nos invitaría a tomar el postre aquella noche en su casa, no esperaba entrar en el templo del culto a las formas geométricas. Con vino italiano y deliciosas tartas de una pastelería local, siete doctores en matemáticas, sentados en el suelo, rodeados de puzzles de George, pasamos una velada inolvidable, jugando con matemáticas.



En Octubre de ese mismo año, el profesor Hart nos devolvió la visita a Sevilla, a nuestro Departamento y aparte de impartir dos conferencias, a distinto nivel (una para investigadores y otra para todos los públicos), supervisó y dirigió la construcción de una escultura  con CD's que habíamos reciclado entre nuestros estudiantes de la ETSII.

Hace unas semanas, en nuestra última visita a New York, tuve la ocasión de volver a encontrarme con este niño grande que juega, con los ojos brillantes, a hacer Matemáticas. 

La cita era en Madison Square Park, a partir de las 11, en una especie de festival infantil que se celebraba allí.


Yo bajaba ilusionada por la 5ª avenida, disfrutando de una ciudad que me encanta y ansiosa por jugar con los juguetes de Hart.






Y me lo encontré, naturalmente, jugando:











Y es que jugando y tocando las Matemáticas, les vamos acercando a ellas, como los primeros cuentos nos acercan al placer de la literatura, o como Willy Fog (versión animada  de  Phileas, el personaje de Verne) nos invitó a mirar el globo terrestre y estudiar geografía para poder ir comprobando, con cierta angustia eso sí, si le daba tiempo o no, o como Marco nos señaló en el mapa los Apeninos y los Andes…









Es tan tierno y divertido ver jugar a George con los niños, ver las caras de los “trabajadores”…






Niños y Matemáticas, genialidad y lógica.







Los niños disfrutaban atornillando acróbatas entres sí



Algunas niñas no podían dejar de sonreír


Y finalmente, los acróbatas, en manos expertas, rodaron por el césped de Madison Square Park






Por la tarde, había que preparar, cerca de Washington Square, el Math Midway para el domingo.


¡¡Manos a la obra!! Math working!


¡Oh!, parece que hay que cambiar las gomas a la bicicleta de ruedas cuadradas…



Oye y ya que estaba por allí, ¿puedo ayudar?



Pero qué sucio quedó esto después de la última Math Midway... y el arquitecto que ayuda a Hart con sus diseños se tira al suelo a fregar.




Y tras muchas horas de trabajo consiguen montar el Midway, con la supervisión hasta el último minuto de George, que no es que cuide sus ‘juguetes’, él los mima, los acaricia…

Ahora hay qué decidir dónde quedamos mañana en la Math Midway del Momath.


¿En la esquina de Euler?




¿En el puerto de Pitágoras?




Lástima, el juego de palabras de las caídas parabólicas y las cataratas no me sale en español.




¿En el campo infinito?




¿O, simplemente, en un punto aleatorio?




Y al día siguiente…

¿Conseguiremos teselar el panel blanco?







¿Sabes topología para desatar a tu mascota?




Si sabes tirar de una cuerda, ¡no tienes que hacer dieta!




Con una mano no se tapa la Luna, no, pero, ¿con 5 círculos?





Voy a probar la máquina de funciones, a ver…




Vaya, alguien le pidió alguna muy difícil y se rompió.

A George se le ve cansado, extenuado, pero sigue, y sigue jugando y explicando a los niños





Mucho trabajo, muchas Matemáticas para que los niños, y algunos no tan niños, disfruten






Y todo esto con el MoMath aún sin abrir, porque el Museo no abre sus puertas hasta el Otoño de 2012. Eso sí, George y el resto de sus compañeros, trabajan duro ideando, diseñando los ‘juguetes’ que podremos disfrutar en él.


Y yo pienso, por Gauss, ¡yo quiero trabajar para el MoMath con Manhattan por la ventana!



En fin, no me puedo quejar que mi trabajo también me encanta y Sevilla, tampoco está mal, oye.

Termino agradeciendo a George haberme dejado ‘jugar’ con él una vez más.



Thank you, George, I’m looking forward to see you soon.

P.S. Tengo que confesar que yo no estuve ayudando hasta el final, ¿eh?, que me escapé a Washingtong Square un ratito a escuchar a los cantantes espontáneos