lunes, 16 de mayo de 2011

Mi primera 'claze'...¡'Chizpaz'!

Coria del Río es un pueblo hermanado con la tristemente popular estos días Sendai a partir de los navegantes que llegaron con Hasekura Tsunenaga  y por lo que el apellido Japón es uno de los más comunes en el citado pueblo sevillano. Hasekura, por cierto tiene una estatua en un bonito y agradable parque junto al río Guadalquivir.
Éste es el pueblo en el que nací y crecí, mi pueblo.

En él, mis primeras carcajadas, mi primeras palabras, mis primeros pasos, mi primera amiga, mi primer amor, mi primera regla, mi primer disgusto...todo. Bueno, casi todo, mi primer suspenso fue en la avenida Reina Mercedes de Sevilla en la Facultad de Matemáticas y si no recuerdo mal, firmado por el departamento de Análisis Matemático.

Pero en resumen, gran parte de mi historia estuvo y sigue ligada a este pueblo. Y me gusta, pero es justo reconocer que el acento local al hablar castellano es, cuanto menos, profundo. Y no, no hay que avergonzarse del acento con el que hablas tu lengua materna, es parte de tu aspecto físico, pero, sobre todo si te dedicas a comunicar como es mi caso, hay que intentar en la medida de lo posible hacer eso, comunicar.

Yo lo aprendí en mi primera clase en la Universidad, como profesora.

A los pocos meses de terminar mis estudios en la Facultad de Matemáticas y con sólo 24 añitos (tan pequeñita, tan mona) era colaboradora honoraria del Departamento de Matemática Aplicada I de la Universidad de Sevilla. Era Octubre, en la EUITA (actual ETSIA ) se creaba un nuevo grupo de Matemáticas I en primero y había que sacar a concurso la plaza para un profesor, pero mientras tanto, se hacía necesario impartir la docencia del grupo nuevo. El Director del Departamento me designó entonces como sustituta excepcional (me encantaba ser excepcional por algo, claro) para ello.

Acepté, ¿cómo no? Acto seguido, como es normal en estos casos, empecé a sudar de tal forma que se me resbalaban las gafotas de la nariz. ¡Qué ilusión y qué miedo!

Tras contactar con el equipo docente del Departamento en la EUITA (aprovecho y mando un beso a Carlos Rojas que me llevó de la mano entonces, con infinitos cariño y paciencia) me entero de que mi primera clase en la Universidad trataría de Sistemas de Ecuaciones Lineales. Para aquella clase de dos horas de duración creo que dediqué alrededor de unas 10 horas a su preparación, hoy en día no sé qué había que preparar tanto, en fin, la juventud y el 'yuyu'...

Ilusionada e 'hipermegapreparada' hice aparición en el aula, como decía mi abuela, con más miedo que vergüenza, bueno, no, era la mezcla de ambos. Creo que no conseguí sonreír ni una sola vez en la primera hora de clase, vamos, una profesora novata de manual. Eso sí, escribía con absoluta seguridad cada número y cada palabra mientras los alumnos, alguno mayor que yo, parecían prestar atención a lo más importante que les habían contado jamás de los 'jamases'.

Acabada la primera hora de la clase, era habitual, me habían dicho, dar un receso de 5 minutos antes de continuar, receso que aproveché para ir a beber agua porque con los nervios tenía la lengua seca como la mojama.

Cuando volví al aula...

No sé si me voy a atrever a recordarlo...

Fue cruel...

Yo era tan novatilla, tan jovencita...

¿No se dieron cuenta de cómo me temblaban las manos al señalar las matrices?

Ni siquiera les lancé improperios cuando me dijeron que no sabían calcular el rango...

Pero lo hicieron, sí, lo hicieron.

En las 3 pizarras del aula no quedaba ni una sola 's' escrita, bueno, miento, sólo las 'S' que daban nombre a los sistemas genéricos, dígamos que más o menos se podía leer:

“Zea S un ziztema de ecuacionez linealez tal que...”

Los muy...muy habían sustituido cada 's' por una 'z' o 'c'.Cuando descubrí lo gracioso que habían sido, me quería morir. Los pendientes (regalo de mi mamaíta) se iban a derretir en mis orejas, rojas como fresas... como buena novata de manual, me volví, muy indignada y borde y les dije:

-¿Quién tiene problemas para entenderme? Que levante la mano.

Todos callaron, yo me volví, borré aquel atentado contra mi persona, y con la cabeza agachada seguí mi discurso, perfectamente, claro, porque ya os he dicho que iba 'hipermegapreparada'.

Esa tarde entendí, cosa que ya me había recomendado mi director de tesis, tratar de suavizar el acento cuando tuviese que comunicar matemáticas, porque no todo el mundo es de mi pueblo, ni siquiera de mi país. Pobres Erasmus...¿cómo me entenderían? Que, sí, se puede hablar español con el acento materno, pero cuando eres un comunicador (del tipo que sea) lo importante es eso, comunicar. Bastante le cuestan ya las matemáticas a algunos para que encima se las “disfracemos”.



Creo que finalmente nos entendimos y aunque hubo otras situaciones tensas en ese mi primer grupo como aquel día que pregunté a la clase “¿Alguien quiere salir a hacer el 69?”, nadie me respondió y yo traté de arreglar el asunto rematando con un “No pasa nada, ya lo haré yo misma sola”, acabamos siendo buenos amigos, sobre todo, después de las barbacoas de la Fiesta de San Isidro de la EUITA. 


Y de todas formas, peor fue cuando mi hermano mayor, Salvador, en Madrid, tras pedir muy amablemente a un taxista que lo llevase a la Puerta del “Zó”, éste lo llevara al Zoológico, el pobre...


7 comentarios:

  1. Oyéndote hablar nadie diría que eres andaluza. Ni yo que soy catalán, claro, en el fondo todos acabamos con una mezcla extraña de acentos, vivencias y recuerdos de todos los sitios por los que pasamos. Y de empeño, por supuesto, ese engranaje que acaba moviendo al resto de las piezas.
    Grandísima historia. Con ese punto de "basado en hechos reales" que consigue que enganche todavía más.

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  2. GENIAL!!!!!

    Y qué cabroncetes tus alumnos.

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  3. Es genial :) Yo ya no tengo acento de ningún sitio en concreto, cada uno dice que mi acento es de un lugar y se pasan la pelota..

    Leyendo estas cosas me doy cuenta de lo buena alumna que soy... jaja
    Un besito :)

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  4. Jojojoo, qué cabronazos tus primeros alumnos!!!

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  5. Eres andaluza? que buena noticia yo soy Granaino! jaja como me gusta conocer gente de mi tierra que le quite un poquito el polvo a ese estereotipo tan difundido de la ignorancia sureña. Un saludo Clara, y enhorabuena una vez más por tus magníficas entradas :)

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  6. La finalidad del lenguaje es la comunicación. La mayoría de premios Nobel de Literatura españoles son de Andalucía. El acento andaluz en muy musical. Aquí no se cometen errores como el laísmo, el leísmo y el loísmo, que son tan frecuentes de Despeñaperros pa'rriba. El dialecto andaluz tiene muchas singularidades, por ejemplo, la triple negación es una afirmación: ¡No ni ná!

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