miércoles, 13 de julio de 2011

Para que no se olvide

Mi hijo pequeño se llama Ventura

Muchas veces, cuando lo llevo a alguna revisión médica, esperan ver entrar a una niña, por el nombre. En su colegio, muchos compañeros le llaman 'Aventura' y a él le hace mucha gracia, básicamente es un tío tan feliz que le hace gracia casi todo. 

Cuando aún estaba creciendo dentro de mí, un compañero de trabajo me dijo «Ligará un montón, porque muchas chicas le preguntarán por qué se llama así». Yo me reí. «No sé si ligará» contesté «espero que sea un tío feliz y buena persona».
 
Mi santo acaba de publicar una entrada con una versión resumida de la historia del abuelo Ventura, por el que mi hijo lleva ese nombre.  Un gran hombre, me encantaría que, además del nombre, mi hijo heredara la calidad humana de su bisabuelo.

Hace unos días, mi hijo mayor, el gafotas como le llamamos nosotros y a él le encanta, y que lleva el nombre de mi padre, obsesionado como está con el asunto de la guerra civil española, le preguntó a su abuelo Alberto, hijo de Ventura. 

«--Abuelo, ¿tú podías jugar cuando era la guerra?»

Mi suegro, son paciencia infinita y voz pausada (pero con un tono un pelín alto por su sordera) empezó a contarle cosas de la guerra civil. El gafotas no pestañeaba, sólo movía la barbilla en los puntos que le emocionaban, Ventura jugaba con sus cartas Pokemon, aún no está muy interesado en el tema, la verdad.



Alberto y su hermana

«--Cuando íbamos al colegio, llevábamos colgado del cuello un palito de madera con una cuerda.

--¿Para qué, abuelo?

--Por si había un bombardeo. Nos tirábamos al suelo y mordíamos el palito con todas nuestras fuerzas para que no nos reventaran los tímpanos.»


También le contó que intentaron huir a Francia desde Barcelona, para escapar de las tropas de Franco. Iban en un coche y una bomba destrozó el puente que estaba delante de ellos y que deberían cruzar.

«--Nos bajamos del coche y seguimos andando hasta Francia, cruzando los Pirineos.

--¿Tenías mucho miedo, abuelo?

--No recuerdo, pero supongo que sí.»

Al llegar a Francia los metieron en un campo de concentración, pero de eso no se acuerda mucho, era muy pequeño. 

Lo que más emocionó al gafotas y a la madre del mismo, aunque ya conocía la historia, fueron los recuerdos del abuelo Alberto asociados a su padre en la cárcel. 

El bisabuelo Ventura (su padre) estuvo preso en el Penal de El Dueso (unos 11 años, condenado a muerte, por cierto).  El abuelo Alberto fue a visitarlo con 14 años. Cruzó España desde Cartaya (Huelva) hasta allí en los trenes de aquella época. Un niño solo que cruzaba el país en plena posguerra a visitar a su padre, preso político. Salvador y su barbilla temblaban de emoción, pero el abuelo de vez en cuando, le dice alguna tontería para cambiar el tercio. Pero no, el gafotas quiere saber más de la historia de su familia.

«--En aquella época había que ir al servicio militar obligatorio. Pero había una cosa que se llamaba excedente de cupo, si te tocaba, te librabas del servicio, sólo tenías que hacer el periodo de instrucción, que duraba 3 meses. Una tarde, en Cartaya, yo iba a buscar a tu abuela para dar un paseo de novios por la plaza. Como en aquellos tiempos todo el mundo oía la misma emisora de radio y las ventanas estaban todas abiertas, yo podía escuchar la retransmisión completa por la calle, de ventana en ventana. Anunciaron los números 'agraciados' con el excedente de cupo y cuando llegué a la casa de mi novia, tu abuela, le dije: "Aurora, me he librado de la mili" Tu abuela ni se lo creía. 



Pero tuve que ir a hacer la instrucción. Nos convocaron en Huelva a todos los quintos, para llevarnos al Cerro Muriano. En ese momento, me entregaron un telegrama, que es como un mensaje de móvil pero en un papel, donde me anunciaban que mi padre había salido de la cárcel. Fui a hablar con los mandos para pedir permiso para ir a ver a mi padre, un preso político que acababa de salir de El Dueso. "Ya no quedan presos políticos en EL Dueso, hijo" Yo le dije que mi padre, Ventura Márquez Sicilia, acababa de salir de allí. Me dijeron que no podían darme permiso, que tenía que pedirlo cuando llegara al Cerro Muriano. En cuanto llegúe al centro de reclutamiento del Cerro, volví a buscar a los mandos "¿Tú eres el hijo del preso político de El Dueso?" Y yo le dije, "Sí, mi capitán" "Vete a ver a tu padre, tienes 3 días" 
Al salir por las puertas del cuartel, mi padre llegaba en ese momento en un coche con su cuñada.

--¿Qué le dijste, abuelo? 

--Imagínate...» 

Al abuelo Alberto le brillan los ojos.

«--Bueno, vamos a merendar algo, ¿no? ¿No tienes hambre, Salvador?»

Mis suegros y mis hijos


El gafotas está emocionado, pero merienda con ganas. Ventura sigue ajeno a la historia de su tocayo, pero feliz. 


A veces, me entra la duda de si es muy pequeño para oír estas historias. La mayoría de las veces, estoy convencida de que es necesario, para que no se repita, para que no se olvide...


 

11 comentarios:

  1. Hay tanta historia en nuestros genes... tanta tristeza, tanta alegría. Cargamos con tal bagaje que resulta a veces sorprendente como llegamos a olvidarlo todo, como si nos pesara ya la maleta de los recuerdos o no quisiéramos llevar más de un bolso de mano.

    Gracias por compartir estas historias de tu vida, Clara :)

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  2. @Manu

    Gracias a ti. Sí, es sorprendente lo que llevamos a cuestas, menos mal que las cosas guardan memorias ;)

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  3. Me emocionan estas historias. Estoy totalmente de acuerdo, que es bueno conocer estas cosas, porque a nadie le gustaría que vuelvan a pasar.
    Como en mi blog no hablo de estas cosas, me vas a permitir que en este comentario te cuente algo, y así me desahogo.
    Mi padre tenía un hermano gemelo, y nacieron el 18 de Julio de 1.918, no es difícil hacer la cuenta, la edad que tenían cuando empezó la guerra.
    Su hermnano, emigró a Argentina, huyendo de Franco.
    Y los dos han muerto de viejos... sin verse desde entonces.
    Siento contarte esto tan triste, pero no me he podido resistir.
    Ojalá las nuevas generaciones no den lugar a situaciones como esta.
    Un saludo.

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  4. Gracias por compartir parte de la historia de mi familia, de tu familia, estoy orgulloso de ella y de ti.

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  5. @Rojo Merlin

    Mira que he oído ya historias tristes de aquella estúpida guerra, y siempre vuelvo a llorar de impotencia, esta vez con la historia de tu padre y su hermano.

    Gracias por compartirla.

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  6. Yo creo que es necesario que se recuerde, por ello me cuesta entende a los que se oponen a los actos de las asociaciones para la recuperación de la memoria histórica. Mi suegra tenía cinco años cuando fusilaron a su padre y robaron a su hermanito, ese es un dolor que nunca la ha abandonado y que nadie debería tener que soportar.

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  7. :'( Jo Clara, me he tenido que salir del curso al baño a la mitad, con las lágrimas saltadas.

    La de historias crueles que han vivido nuestros antepasados... no hay derecho!!

    Un abrazote a toda la family.

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  8. @hipopede

    Lo terrible es que todavía hay tantas niñas en el mundo sufriendo como lo hizo tu suegra...


    @Susana

    Lo siento, Susana, siempre que se acerca el 18 de Julio me acuerdo de la guerra. Antes, cuando vivía mi abuela Clara, todos le 'huíamos' un poco ese día porque nos dolía volver a escuchar esas historias crueles. Ahora que no está ella, tendremos que hacerlo nosotros, recordar para no volver a repetir.

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  9. @Alberto

    Gracias a ti por aguantar mis otras 'historias', las de todos los días.

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  10. ¡Que guay que tus niños puedan hablar con su abuelo!

    Por cierto, casualmente, el otro día hablando con Sus salió el tema del nombre de Ventura.

    Un beso!
    AntonioC

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  11. Acabó de leer un libro que estaba abandonado en un desván. "Su propia Tragedia", se llama y fue escrito por Ventura Márquez Sicilia. Fue editado en 1958 y apenas ahora -54 años después- lo desvirgue, pues muchas de sus páginas aún no habían sido abiertas. Después de leerlo quise saber más del autor y me enteré de su vida: luchador social en las minas (ahora una vez más objeto de protestas por las condiciones infrahumanas de los mineros) promotor del exilio español hacia México y editor, precisamente aquí en México. Por búsquedas de internet llegué a este sitio en donde encuentro que usted es bisnieta de este autor y editor. Felicidades. Debe sentirse orgullosa. Ojalá tuviera alguna referencia de qué paso con la editorial (editora latino americana s.a.) porque he encontrado en el desván varios títulos que ya he leído. Me parece que fue un esfurzo interesante por difundir una cultura minera. Las referencias en internet son pocas. Incluso las de Ventura Márquez también son pocas, pues aunque no hay muchas lo poco existente da idea de que fue un personaje de su propia novela.

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