lunes, 15 de noviembre de 2010

Tienes un color especial.







No sé si os pasa a todas, pero sí a muchas de mis amigas y también a mí. 


Yo soy madre de dos niños de 6 y 8 años respectivamente, estoy casada y trabajo fuera de casa. No es eso a lo que me refería al principio de esta entrada, sino a esa terrible sensación de no hacerlo aún mejor en las facetas más importantes de tu vida. De estar siempre, o casi siempre, comparándote con otras personas, y saliendo perdiendo tú. 

Y es que cuando estoy en reuniones del colegio de mis hijos o en la puerta del mismo, escucho hablar a madres que son amas de casa, sin trabajo remunerado, sobre la dedicación a su familia, ya sea a nivel de cocinar para ellos cosas deliciosas (croquetas, canelones, bizcochos...), llevarlos a mil talleres, a mil parques con mil amiguitos, de confeccionar los disfraces (¡saben coser!), etc...y me siento mal, porque yo no puedo hacer todas esas cosas para mi familia. Hago magdalenas, gazpachito....pero no sé coser ni un botón, casi.

Llegas al trabajo y te cruzas con otras mujeres que no tienen hijos o que no se ocupan de ellos y te comparas profesionalmente con ellas, y sales perdiendo, también. No tienes tanto tiempo para el trabajo, y, en mi caso, en esta época de mi vida con mis hijos pequeños, no quiero tenerlo, francamente. Pero echas de menos, a veces, aquellas jornadas maratonianas comiendo comida china encima del teclado y dibujando triangulaciones hasta en el papel higiénico cuando ibas al baño.

Sales de trabajar y vas al gimnasio y ves cómo la monitora se mueve sin esfuerzo, como coordina movimientos, con agilidad y fuerza, y otra vez te gustaría tener mejor forma física de la que tienes. O te das cuenta de que hace tiempo que no llamas a esta amiga o que ya no lees tanto, ni vas al teatro, ni al cine tanto como alguna otra  amiga tuya con intereses culturales pronunciados. Vamos, que te estás volviendo una descastá con el mundo, en general, y contigo en particular.

Algunas veces, al final del día, sobre todo en determinados días del ciclo menstrual, antes de cerrar los ojos para dormirte, tienes los labios apretados en una risa más enigmática que la de la Mona aquella, sintiéndote mediocre en todo lo que haces. 

Pues no. No es así de simple la cosa, mire usted, señora. Es una cuestión de unión e intersección de conjuntos, y se explica fácil con un diagrama de Venn. Ya veréis. 

Supongamos que nos clasificamos, por ejemplo, en tres conjuntos: en uno estarán aquellas mujeres que sólo se ocupan de su familia (qué bastante tienen, ¿eh?); en el segundo. aquellas mujeres que sólo se ocupen de su trabajo remunerado (¡con dos ovarios!) y en el tercero, mujeres que sólo se ocupan de su aspecto físico (puede que por trabajo) y/o que son devotas de una intensa vida socio-cultural. 


Ver la siguiente figura (esto es deformación profesional)





Cada uno de estos tres conjuntos tiene un color especial puro, claro está, un brillo especial. Nadie lo niega. Debe ser maravilloso, supongo,  dedicarse, en exclusiva, a cualquiera de estos tres bloques. 


Pero casi nadie de los que conoces está exclusivamente en uno de esos grupo, o sí, eso no es trascendente en mi discurso.

Tú estás en la unión de ellos (la suma de todos los elementos de los tres).

¿Qué pasa si, además está en la intersección de dos o más de estos conjuntos? Pues lo puedes ver en la siguiente figura (qué didáctica me pongo,leche...)








Cuántos más conjuntos te contengan, menos básico es tu color, menos puro, si me apuras,  pero se vuelve más profundo, intenso y bello. No eres ni azul, ni rojo (o magenta), ni amarillo, vale. Pero puedes ser naranja, que es muy vitamínico; verde, como el olivo, como la rama; morado, como una dulce fruta del bosque o marrón, como el chocolate. 


Da igual, es tu color, y es el más bello, porque es el tuyo. 

Corolario: 
Nada de sonrisas de Giocondas antes de cerrar los ojos. Sonrisas amplias y luminosas, porque es verdaderamente hermoso estar cualquier lugar de esa unión, porque tienes un color especial.

Sé que me ha salido una entrada de género, pero es que soy mujer y conozco este tema mejor desde mi perspectiva. Eso no significa que no sea aplicable a hombres, por supuesto.


Hay muchos hombres con un color muy especial, yo comparto mi vida con uno de ellos.




13 comentarios:

  1. Jajaja, buenísimos los conjuntos. Lo malo malo es cuando intentas abarcar tanto que en la intersección quedan todos los colores y entonces todo lo ves "mu negro". Aunque pensándolo bien "todos los colores es luz blanca" #seispalabras. Así te veo, brillando.

    Besotes, me encanta todo tu blog

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  2. Comparto tu opinión al 100 %. Antes que ser único en un aspecto prefiero ser especial en varios.
    Cuántas situaciones extrañas se viven en las puertas de los colegios...

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  3. Termino el día escribiéndole a mi hijo mayor una carta del Ratoncito Pérez - se nos ha perdido el diente, no tengo regalo comprado, el billete más pequeño es de 50 euros --. Lo comencé, después de la rutina matutina, atendiendo durante 3 horas a mis alumnos. Pero hoy no me importa de qué color soy, me encuentro bien. Espero tener mañana la misma suerte.

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  4. Hoy he descubierto tu blog y esta entrada me ha encantado tango que lo voy a agregar a favoritos desde ya mismo. Muchas gracias

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  5. ME HA ENCANTADO TU PROBLEMA PERSONAL PERO ERES FENOMENAL TANTO EN COLOR COMO EN CALOR HUMANO-MATERNAL QUE DESPRENDE TU PERSONA.
    UN SALUDO PARA ALBERTO I LOS PEQUES.

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  6. @MONTSE

    Muchas gracias, Montse. Un abrazo muy fuerte y un beso

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  7. Magnífico, Clara. Nunca lo vi desde la perspectiva de la unión e intersección de conjuntos. Fantástica tu deformación profesional y muy bien traída. Además, como bien decías al final, afecta a muchos hombres en igual medida...

    ...en nuestro caso y por los motivos que te contaré cuando nos tomemos esa cerveza, yo soy el que lleva a las niñas al colegio, quien hace la compra, el cocinero -cosa que me encanta, por otra parte-...digamos que desde tu óptica matemática, prevalecen en mi los conjuntos azul y rojo (te contaré un secreto que viene al caso...el viernes pasado, pude ir al colegio a uno de los talleres que organizan con los niños...¿sabes de qué era el taller? de costura. No tengo ni idea de coser yo tampoco, pero me lo pasé de muerte con los peques y otras dos madres que fueron)...

    ...el color amarillo se fue al carajo cuando llegó esta crisis y mi pequeña empresa se estrelló. Una pesadilla de dos años -ahora se puede decir que estoy "bien"- que no le deseo ni a mi peor enemigo...

    ...pero no pasa nada. Estoy tranquilo. Nos hemos organizado así. Alguien muy pequeño me necesita mucho y aquí estoy para lo que haga falta...

    Mi mujer sí trabaja. Ella también tiene un color muy especial. Es maravillosa. Y hace posible que podamos navegar a diario en la misma dirección.

    Gracias por tu post. Tu calidad -y calidez- humana, son incomparables. E impagables. Un beso, reguapa :)

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    1. Ánimo, mariomusan, también mi pareja cambió el papel tradicional y ahora estamos los dos muy orgullosos de lo que hicimos: mis hijos adoran a su padre. ¡Cuántas veces las hipermadres ahogan el papel de los padres! Lo vi en mi casa y no quise repetirlo en mi pequeña familia. ¡Bien por vosotros!

      ¡Ah! Y mis enhorabuenas a este blog, lo he reenviado a mis contactos. Te seguiremos, Clara.

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  8. Yo, que soy madre y maestra, tengo la solución a todo eso, con o sin diagramas; estando en un solo conjunto o en los tres a la vez mientras vas pensando el cuarto.

    Yo, que sé lo que se cuece en las puertas de los colegios, sé que la solución es fácil y sería buenísimo para niños y niñas que papás y mamás dejaran de hacerse daño y de hacerles daño.

    Ah sí, la solución: dejar de compararse con los demás. Cada persona es perfecta como es, perfecto el sitio donde está y perfecto lo que hace, si es eso lo que quiere. Al final siempre es llegar al mismo sitio: vivir y dejar vivir, especialmente a niños y niñas.

    Comparándonos con los demás les enseñamos a compararse y les hundimos la autoestima antes de que hayan empezado a vivir, y de ahí vienen todos nuestros males.

    Siento haberme puesto tan seria porque la entrada es muy bonita, pero creo que la salud es lo primero, y luego nos podemos reír de nuestra sombra sin ningún problema ;))

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  9. Yo me siento así continuamente, hay tantas cosas que me gustan y que quiero hacer a la vez que ninguna sale lo suficientemente bien desde mi punto de vista, lo que me lleva a dos opciones: o abandono dicho actividad porque soy una persona que me gustan las cosas perfectas (así me van los estudios T_T) o me deprimo pensando que no se hacer nada bien en la vida... :(

    Espero con el tiempo poder ver las cosas como tú, porque sino...

    Un beso!!

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  10. El eterno femenino, la inmejorable imperfección. Nosotros tenemos que esforzarnos para hacer una sola cosa medianamente bien.

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  11. Piensa además que eres una de las pocas mujeres (2) a las que un mapache las ha mordido el culo, y eso es un pluspoint del carajo ;-)

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  12. Acabo de leer mi vida en tu post. Pero hoy dormiré algo más tranquila: ya sé que soy verde.

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